Es un tratamiento que aclara los dientes usando agentes blanqueadores. Puede hacerse en la consulta del dentista o en casa con productos recomendados.

Las carillas pueden durar muchos años con el cuidado adecuado, pero eventualmente pueden necesitar ser reemplazadas.

Son tratamientos que recuperan la anatomía y estética dental en casos donde ha habido mucho desgaste, bien sea por origen mecánico o químico. El diente natural prácticamente no se toca y solo se añade encima lo que es necesario.

La mayoría de los tratamientos no son dolorosos y se realizan con mínimas molestias, utilizando anestesia local si es necesario.

Los efectos del blanqueamiento pueden durar varios meses a varios años, dependiendo de los hábitos de cuidado dental y consumo de alimentos y bebidas que manchan los dientes, pero se pueden hacer “recordatorios” antes de que vuelvan a su color original.